17/10/07

Bacterias y lubricante

Las bacterias degradan las cualidades del lubricante y producen la corrosión de partes metálicas por bioproductos

En la película “La guerra de los mundos”, basada en la genial obra de H.G. Wells, detalla en la introducción que el Supremo creó unos seres pequeños, pero que de por sí tienen una gran importancia para la vida. Si vieron a película o leyeron el libro también conocen el final, donde estos pequeños seres juegan un rol fundamental sin ser otra cosa que los microorganismos que viven en toda aquella superficie expuesta a humedad, en el interior de nuestro organismo, en el yogurt que desayunó a la mañana e inclusive en lugares donde la vida es imposible, como es el caso de las fuentes termales, todo esto sin utilizar oxígeno para respirar.

Estos microorganismos son seres que no se pueden ver a simple vista, si no que es posible divisarlos solamente con la ayuda de un microscopio. Los microbios son células y una célula es como un ladrillo para un organismo superior, como somos nosotros, un perro o una planta. Nuestro cuerpo esta formado por millones de células que, cada una, cumple una función especial. Algunas son neuronas en nuestro cerebro, otras forman parte de nuestra piel, otras son parte activa de los huesos, pero cada una cumple un rol específico y, lo más importante, todas viven en conjunto. Funcionan como un motor extremadamente afinado.

Los microorganismos son unicelulares, y por lo tanto una sola célula debe de cumplir con todos los requerimientos para poder vivir. A la luz de los resultados, lo hace muy bien, y representan la primera forma de vida conocida en el Universo.
Estas células se ubican en un tercer reino (aparte del animal y vegetal que nos enseñaron en la escuela): el reino de los Protistas. Hoy comentaré sobre un miembro especial de este reino: las bacterias.

Las bacterias deben de alimentarse, y les comento que hay algunas que, literalmente, ¡comen piedras! Son bacterias que pueden sobrevivir en medios sin oxígeno ni luz, por lo que consumen CO2 (dióxido de carbono), nitratos y compuestos de azufre. Unicamente pueden crecer en medios minerales. Hay bacterias buenas y malas, las buenas son las que viven en nuestro sistema digestivo y son inofensivas o las que sirven para nuestros alimentos. Por ejemplo, los “ojos” del queso suizo son producidos por una bacteria especial. Muchos de los antibióticos que usamos provienen de bacterias.

Las malas, son las que nos enferman.

Así que dentro de la naturaleza hay bacterias para todos los gustos, es decir que no hay casi nada en la naturaleza que no pueda de servir como alimento a los microorganismos. Y los lubricantes no son la excepción...

La contaminación del petróleo crudo con bacterias ya se documentó en 1970 y generalmente ataca a los equipos lubricados como ser turbinas de vapor, equipos rotativos de papeleras y sistemas similares. Estas bacterias degradan las cualidades del lubricante y producen la corrosión de partes metálicas por bioproductos.

Hay tres tipos de bacterias que usualmente son encontradas en derivados del petróleo:

• Bacterias Reductoras de Sulfato: Utilizan sulfato y en la naturaleza viven en ausencia de oxígeno (son anaeróbicos, es decir que no soportan el aire).

• Bacterias Productoras de Acidos: Fermenta azucares en ácidos y también vive en ausencia de oxígeno.

• Bacterias Aeróbicas Generales: Requieren oxígeno para vivir, por lo tanto son aeróbicas (este grupo contiene a las bacterias patógenas para el ser humano).

Condiciones

Estas bacterias necesitan las siguientes condiciones para sobrevivir y crecer:

• Agua mezclada en el aceite: 0,5 mililitros por litro de aceite es más que suficiente.

• Material orgánico: Carbono, Nitrógeno y Fósforo, suplidos por los aditivos y las moléculas del aceite.

• Oxígeno: Acelera la velocidad de crecimiento. El oxígeno puede estar presente por la falla de los aditivos antiespumantes y la circulación del lubricante.

• Temperaturas óptimas: entre 24 ºC y 50 ºC. u Sitios estancos o de bajo movimiento de líquido y zonas oscuras, como por ejemplo un acogedor tanque de reserva de aceite.

• Partículas suspendidas que sirven como superficies iniciales de colonización y unión de las colonias bacteriales.

• Aceite emulsificado para facilitar el transporte de nutrientes a través de la frontera celular.
Si alguno de los factores que se describió no esta presente, la bacteria no puede sobrevivir. Como es obvio, el principal factor ambiental de vida es el agua contenida en el aceite. Las bacterias pueden ser advertidas como una masa gelatinosa de color marrón claro. Pero su presencia deberá ser determinada por laboratorios especializados, los cuales podrán saber de qué tipo de bacteria se trata.

Una medida en el caso de presentarse la detección de bacterias, sería:

• Remover todo el aceite contaminado, sin usar las tuberías que usualmente son de la alimentación de aceite, para evitar que se contaminen o “enfermen” otras partes del equipo o la línea de alimentación

• Limpiar las tuberías y zonas del circuito del lubricante que presenten crecimiento de colonias de bacterias.

• Lavar con aceites especiales para flushing y a altas temperaturas, como mínimo 71,1 ºC (esto mata a las bacterias). En el caso de nuestro organismo, cuando estamos enfermos, tenemos fiebre porque el cuerpo trata de “cocinar” a los microorganismos que nos invaden, pero debe de controlarse para evitar riesgos.

• Filtrar el fluido de lavado con filtros especiales (menor a tres micrones, que es la millonésima parte de un metro).

• Limpiar los equipos de contención de lubricante, como los tanques, según las recomendaciones del fabricante del aceite. El uso de solventes de limpieza con detergentes no está recomendado.

• Rellenar con aceite nuevo, cambiar los filtros, siempre que se esté seguro de que no haya rastros de bacterias. Siempre tenga presente la asistencia técnica del fabricante de su lubricante, porque él sabrá cómo proceder y cómo solucionar sus problemas.

• También es de vital importancia hallar las posibles entradas de agua al equipo, y eliminarlas a como de lugar.

Fuente:
Fuente: Winslow Richard “Microbial Contamination of turbine Lube Oil System” Machinery Lubrication Magazine. Noviembre - Diciembre 2004.

Por Iván Juan Castro - Lubripress.com

1 comentario:

Iván Juan Castro dijo...

Estimado:

Te recomiendo que también cites la fuente de donde sacaste la información, ya que como AUTOR de la NOTA he leido esos términos en la Lubri-press de ese mes.
Saludos

Ing. Iván Juan Castro